Festejo del 15 de Mayo para los y las Maestras en la UAA, 2008

Presentamos una fotografía de FOTOTECA UAA en la que aparecen tres maestras en la cena con motivo de la celebración del 15 de mayo para las y los maestros de la Universidad Autónoma de Aguascalientes en 2008, durante el periodo del rector, M. en C. Rafael Urzúa Macías (2005-2010).

Le pedimos a la Maestra en Literatura Mexicana Ma. Guadalupe Montoya Soto, del Departamento de Letras del Centro de las Artes y la Cultura, que nos contara su experiencia en la universidad y nos compartió lo siguiente:

“APRENDIZAJES

Hace unos días una exalumna me escribió un mensaje para invitarme a escribir sobre mi experiencia como profesora de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, hoy Benemérita. De inmediato dije que sí, pero cada que iniciaba mi escrito me quedaba en blanco, la siguiente etapa fue que nada me gustaba. Pensé entonces que no iba a poder escribir. ¿Qué priorizar?, ¿qué contar? Los recuerdos se precipitaban.

Entonces recordé que cuando impartía un taller literario y algún o alguna estudiante me decía que no podía escribir, yo les contestaba que escribieran sobre esa imposibilidad. Así que aquí estoy. Antes que nada, quiero agradecer a quien me invitó y agregaré que también agradezco infinitamente a quienes creyeron en mí para ser profesora porque al serlo aprendí mucho no solo sobre las materias que impartí, sino, y a la par, sobre mí misma. Así que quizá sea algo cursi porque es sobre todo de emociones.

Empezaré con una experiencia, durante los primeros años como profesora, que se podría calificar como negativa, pero no lo fue. En una ocasión me encontré con un grupo de la licenciatura a la que pertenecí que me resultó muy difícil de sobrellevar. Entrar al aula me resultaba bastante incómodo. Quiero aclarar que no todos los alumnos eran hostiles hacia mí, pero sí los suficientes para volver difícil impartir la clase. Como siempre me gustó tomar cursos de actualización para los profesores, hubo uno que me llamó la atención: “Como tratar con grupos difíciles”. Supongo que ese no era el título exacto, pero sí versaba sobre ese tema. Así que me inscribí. Fue una oportunidad excelente para conocerme, para ver mis miedos, mi frustración. Además, la maestra que impartió el curso nos dio una serie de técnicas que tuve la oportunidad de aplicar. A la par de lo que iba aprendiendo lo iba utilizando en clase. No diré que esos alumnos cambiaran demasiado, pero me bastó respetarme, respetarlos y pedirles, sin palabras, un respeto mutuo.

Por último, quiero contar una experiencia hermosa. Yo impartí la materia de novela histórica a los estudiantes de Historia. Se terminó y todo bien. Meses después, dos alumnas de ese grupo llegaron con flores, me las regalaron: pronto iba a ser el día del maestro. Lo que me dijeron fue muy gratificante, tal gratificación que me llega hasta hoy.”

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